¡Hola! Mi nombre es Alexandra, tengo 30 años, soy de Colombia y me dedico con pasión al mundo del arte de las uñas acrílicas y la belleza integral. Además, tengo el orgullo de ser madre soltera de una hermosa niña de 4 años, con quien comparto mi vida y mis sueños.
Hoy quiero compartirte mi historia, una historia de fe, milagros, superación y amor incondicional.
Un Camino Lleno de Retos
Hace 8 años conocí al padre de mi hija. Desde el principio, fui totalmente honesta: los médicos me habían asegurado que no podría quedar embarazada. Después de años de exámenes, hospitalizaciones y consultas con más de 12 ginecólogos, el diagnóstico era claro: debido a problemas en mis ovarios y útero, la maternidad no estaba en mis posibilidades.
Aun así, mi pareja me aceptó y juntos planeamos nuestro futuro. En el año 2020, los médicos me recomendaron realizarme la cirugía de Pomeroy para cuidar mi salud, ya que los problemas médicos podían agravarse. En medio de la pandemia, buscamos opciones para que los médicos pudieran atendernos en casa, dado el contexto de restricciones.
En mayo de 2020 inicié un tratamiento médico para bajar de peso, como requisito previo para la cirugía. Sin embargo, poco después de comenzar, empecé a notar cambios en mi cuerpo. Algo dentro de mí me decía que había una razón distinta para estos cambios.
Un Milagro Inesperado
A pesar de todo pronóstico médico, decidimos hacernos una prueba de embarazo. Recuerdo ese día como si fuera ayer: salimos de casa usando el sistema de “pico y cédula” implementado en Colombia para comprar una prueba en una droguería. Al día siguiente, con nerviosismo y esperanza, realizamos la prueba… ¡y salió positiva!
Fue un momento de shock total. No podía creerlo. Lloré de miedo, de emoción, de incertidumbre. Mi pareja también se sorprendió, pero me apoyó en todo momento. Para confirmar, realizamos una prueba de sangre, que reafirmó la noticia: estaba embarazada.
Los médicos clasificaron mi embarazo como de alto riesgo, pero afortunadamente todo transcurrió de manera tranquila. Mi hija nació en abril de 2021, sana, hermosa, con su cabello oscuro, piel trigueña y unos ojos brillantes como las estrellas. Para todos, incluida la comunidad médica, ella fue y sigue siendo un milagro de vida.
Mi Nueva Vida Como Madre Soltera
Tras dos años de convivencia, mi relación con el padre de mi hija llegó a su fin. Decidimos separarnos de manera respetuosa, entendiendo que a veces el amor de pareja se transforma. Desde entonces, mi hija y yo formamos una pequeña pero poderosa familia de dos.
Ella se ha convertido en mi motor, mi inspiración diaria y la razón por la que lucho cada día para construir un mejor futuro.
Un Mensaje Para Todas las Madres Solteras
Ser madre soltera no es un camino fácil. Hay días de cansancio, dudas y miedo. Pero también hay días de logros, risas, abrazos y amor infinito. Si hoy te sientes cansada o desanimada, quiero decirte algo:
👉 No te rindas.
👉 Aplaude cada uno de tus logros.
👉 Confía en tu fortaleza.
👉 Recuerda que tus hijos son el motor más poderoso para seguir adelante.
Con amor, paciencia y sabiduría, podemos llegar tan lejos como soñemos. ¡Somos fuertes, somos valientes, y somos capaces de transformar el mundo de nuestros pequeños con nuestro ejemplo!
