
La Biblia es mucho más que un libro: es una obra fundamental para la fe cristiana, un pilar de la cultura occidental y una de las colecciones de textos más influyentes de la historia de la humanidad. A lo largo de los siglos, ha sido leída, traducida, estudiada y venerada por millones de personas en todo el mundo. Pero ¿cuándo fue escrita? ¿Por quién? ¿Y por qué sigue teniendo tanto peso hoy en día?
¿Qué es la Biblia?
La Biblia es una recopilación de libros sagrados que contienen enseñanzas, relatos históricos, leyes, poesías, profecías y cartas. Está dividida en dos grandes secciones: el Antiguo Testamento, que recoge la historia y la fe del pueblo de Israel, y el Nuevo Testamento, que narra la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, así como los primeros años del cristianismo.
Dependiendo de la tradición religiosa (católica, protestante u ortodoxa), el número total de libros puede variar ligeramente. La Biblia católica, por ejemplo, incluye 73 libros, mientras que la protestante contiene 66.
¿Cuándo y cómo fue escrita?
La Biblia no fue escrita de una sola vez ni por un solo autor. Es el resultado de más de mil años de historia. Los primeros textos del Antiguo Testamento se comenzaron a redactar aproximadamente en el siglo X a.C., y los últimos libros del Nuevo Testamento fueron escritos hacia el final del siglo I d.C.
El Antiguo Testamento (o Tanaj para el judaísmo) fue escrito mayormente en hebreo, con algunas partes en arameo. Abarca desde los relatos de la creación, en el libro del Génesis, hasta textos proféticos y sapienciales como Isaías o los Salmos.
El Nuevo Testamento fue escrito en griego koiné, la lengua común del Imperio romano en aquella época. Sus libros incluyen los Evangelios, que narran la vida de Jesús, los Hechos de los Apóstoles, las Cartas de san Pablo y otros discípulos, y el Apocalipsis.
Los textos fueron primero transmitidos de forma oral y luego escritos por distintos autores, en diferentes lugares y contextos históricos, pero todos con un hilo conductor común: la relación entre Dios y la humanidad.
¿Quiénes la escribieron?
No hay un único autor de la Biblia. Se trata de una obra colectiva, escrita por reyes, profetas, sacerdotes, sabios, discípulos y líderes espirituales. Aunque se atribuyen ciertos libros a figuras concretas —como Moisés, David, Isaías o los apóstoles—, muchos textos son anónimos o fueron editados y compilados por comunidades religiosas a lo largo del tiempo.
Traducción y expansión
Una de las traducciones más importantes de la Biblia fue la Septuaginta, realizada en griego en el siglo III a.C., que permitió su difusión más allá del mundo hebreo. En el siglo IV d.C., san Jerónimo tradujo la Biblia al latín (la Vulgata), lo que la convirtió en la versión oficial de la Iglesia católica durante siglos.
Hoy en día, la Biblia ha sido traducida a más de 3.500 idiomas, siendo el libro más traducido y difundido de la historia.
Su influencia en la historia y la cultura
La Biblia ha influido profundamente no solo en la religión, sino también en la literatura, el arte, la filosofía, el derecho y la política. Obras maestras del Renacimiento, como las de Miguel Ángel o Leonardo da Vinci, están llenas de referencias bíblicas. Grandes escritores, como Dante, Shakespeare o Tolstói, se inspiraron en sus pasajes. Y muchas expresiones comunes en distintos idiomas tienen su origen en sus textos.
Además, ha sido un instrumento de transformación social: movimientos de derechos civiles, la lucha contra la esclavitud y causas humanitarias han encontrado en la Biblia una fuente de inspiración moral y espiritual.
Un libro vivo
A pesar de los siglos, la Biblia sigue siendo un libro vivo. Se estudia en universidades, se predica en iglesias, se medita en silencio y se debate en grupos. Algunos la leen como un texto espiritual, otros como una joya literaria o como una guía moral. Pero lo cierto es que su mensaje sigue tocando corazones y despertando preguntas esenciales sobre el sentido de la vida, la justicia, la esperanza y el amor.
En resumen, la Biblia es una obra única, escrita a lo largo de más de un milenio, con múltiples autores, estilos y contextos. Su riqueza reside no solo en su contenido, sino en su capacidad de seguir hablando al ser humano, generación tras generación.