¿Viajar 6 meses al año, en pareja, sin tener una gran cuenta bancaria? ¡SE PUEDE!

Cómo Logramos Hacer Realidad Nuestro Sueño de Viajar por el Mundo

A menudo, cuando compartimos nuestra historia de aventuras por el mundo, las mismas preguntas surgen una y otra vez: ¿Cómo lo hacéis?, ¿A qué os dedicáis?, ¿Os ha tocado la lotería?. Estas preguntas suelen venir acompañadas de curiosidad sobre cómo conseguimos financiar nuestros viajes largos y, sobre todo, sobre cómo logramos convivir juntos durante meses en lugares tan lejanos. La verdad es que Oliver y yo, Agatha, no somos personas extraordinarias. Ambos estamos en la franja de los cuarenta y pocos años, con trabajos convencionales como los de cualquiera. Sin embargo, lo que sí tenemos es un deseo ardiente de viajar, y eso, como bien se dice, el que la sigue, la consigue. En este artículo, os contamos cómo conseguimos hacerlo realidad y compartimos algunos trucos que pueden inspiraros.


El Punto de Partida

Cuando comenzamos a pensar en la posibilidad de irnos de viaje por varios meses, nos encontrábamos en una situación bastante común: ambos teníamos trabajo. Iván trabajaba a tiempo completo, 40 horas semanales, mientras que yo gestionaba una empresa con un horario similar. Pero pronto nos dimos cuenta de que sería prácticamente imposible tomar un descanso largo bajo estas circunstancias. Así que decidimos cambiar nuestra situación.

Iván, primero, dejó su trabajo y, mientras cobraba el paro, se dedicó a crear una pequeña empresa que le permitiera ganar dinero para luego ponerla en pausa durante nuestro viaje. Yo, por mi parte, tomé una decisión más drástica: cerré mi empresa, lo que significaba que tendría que reinventarme profesionalmente. Con el poco dinero que me quedó, opté por formarme en una nueva área que me permitiera trabajar de manera remota.


Un Nuevo Comienzo

En apenas unos meses, nos pusimos manos a la obra para darle forma a nuestra nueva vida laboral. Al mismo tiempo, comenzamos a planificar nuestro viaje. Decidimos que el destino sería el Sureste Asiático: Tailandia, Malasia, Vietnam, China, Laos y Camboya. La duración del viaje estaba estimada en unos 5 o 6 meses, y aunque nos planteamos varias opciones de viaje, optamos por un estilo mochilero, algo completamente nuevo para mí.

Una vez que tuvimos claro el destino y las fechas, llegó el momento de dar el paso definitivo. Compramos los billetes. Y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que ya no había vuelta atrás: ¡íbamos a despegar de verdad! A partir de ahí, la organización fue crucial: pasaportes, seguro médico (¡súper importante!), carnet internacional de conducir, vacunas y, por supuesto, ropa y medicamentos. Todo estaba bajo control, pero aún faltaba un aspecto muy importante que teníamos que abordar.


¿Muchos Meses Juntos?

Iván y yo no vivíamos juntos en ese momento, por lo que la convivencia durante un viaje largo era una incógnita. Nos preguntábamos: ¿Cómo será estar juntos todo el tiempo? ¿No nos cansaremos? Para enfrentarnos a esa incertidumbre, decidimos establecer algunas reglas básicas para que la convivencia no fuera un problema:

  1. Regreso juntos. Si surgía un problema grave, regresaríamos a casa juntos. No importa lo que pasara, siempre volveríamos como equipo.

  2. Espacio personal. Si alguno de los dos necesitaba espacio, bastaba con pasar un par de días separados. Estar cerca pero a la vez tener espacio para respirar.

  3. Resolución de conflictos. Si surgían discusiones, las resolveríamos lo más rápido posible para evitar que afectaran al viaje.

  4. Comunicación constante. Siempre debíamos saber dónde estaba el otro. Nada de desaparecer sin avisar.

  5. Empatía y respeto. Ser tolerantes y respetuosos el uno con el otro era clave para que el viaje fuera armonioso.

Elegir bien a tu compañero de viaje es crucial, y sabíamos que si podíamos seguir estas reglas, todo sería más fácil. ¡Y así, con todas las reglas claras y con una gran dosis de ilusión, nos lanzamos al viaje!


La Aventura

El 19 de octubre de 2024, nuestro viaje comenzó. Con el dinero que habíamos conseguido, las reglas definidas y todo listo, nos dirigimos al Sureste Asiático. Desde el primer día, disfrutamos de la experiencia como si no hubiera un mañana. No había límites para lo que podíamos vivir y aprender, y aunque surgieron algunos inconvenientes, siempre hubo una solución. Con organización, reglas básicas y ganas de vivir la experiencia, todo es posible.

El viaje no solo fue una aventura increíble, sino también un momento para conocernos aún más, para aprender a resolver los problemas sobre la marcha y, sobre todo, para disfrutar de la libertad. Lo más importante es que si realmente lo deseas, puedes hacerlo. Y si las cosas no salen como esperabas, puedes volver a casa o reconfigurar el viaje. Todo depende de tu actitud.


Después del Viaje

Ahora que estamos de vuelta en casa, seguimos sacando adelante nuestras nuevas vidas laborales. Lo que más nos entusiasma es que, a pesar de estar de regreso, ya estamos planificando nuestro próximo viaje, que, si todo sale bien, tendrá lugar seis o siete meses después de nuestra llegada.


La Lección: Si Quieres, Puedes

Lo más importante de todo esto es que si tienes el deseo y la motivación, es posible hacer realidad tus sueños de viajar, trabajar y vivir de forma diferente. Todo lo que necesitas es una visión clara, organización y la disposición para hacer cambios en tu vida. ¡Atrévete a dar el primer paso!


Con esto, concluimos nuestro relato y esperamos que te haya inspirado a seguir tus propios sueños. Si deseas viajar o cambiar tu vida, recuerda que, con determinación, puedes conseguir lo que te propongas.

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